Valle alpujarreño en el valle del Andarax

Si miras un mapa de la provincia de Almería encontrarás hacia el centro-sur un valle surcado por el río Andarax. Su curso discurre entre los 2.112 metros de altitud del cerro del Almirez, donde nace, descendiendo hasta el nivel del mar, donde desemboca.

El río es abrazado por montañas altas, sierra de Gádor, las estribaciones orientales de Sierra Nevada, el tramo central de la sierra de los Filabres y la imponente Sierra Alhamilla.

Las cárcavas y los barrancos han circundado el río modelando el paisaje a través del tiempo, dejándonos un relieve con grandes pendientes y desniveles que arrancan de las elevadas cumbres que lo rodean.

El paisaje se ha conformado a lo largo de los siglos a causa de la escasez de precipitaciones, que disminuyen desde Laujar hasta el campo de Tabernas y Almería y otros factores.

Los inviernos son fríos y los veranos calurosos. Como las lluvias son irregulares el Andarax tiene meses de estiaje, con crecidas en otoño. Las lomas elevadas y prominentes dejan paso a una vegetación también variada con encinas, pinos, retamas, lavandas, alcaparreras, espartos y tomillos entre otras.

Otra causa que ha conformado el paisaje es el cultivo. Ha sido tierra de labradores y campesinos a lo largo de la historia. Los cultivos, tanto de regadío como de secano, han ocupado principalmente las tierras, desde la afamada uva de mesa de Ohanes, naranjos, viñedos, olivares, almendros…también invernaderos y pistachos en la actualidad.

Con gran sufrimiento se ha ido sacando rendimiento a las tierras, conformando terrazas de cultivo en las laderas de la montaña, con pedrizas y balates, con esa inmensa red de acequias, con sus boqueras, minas, canalones, cimbras, balsas, fuentes, que llevan el agua a las huertas y huertos.