Caligrama/Poesía andalusí



Un caligrama forma una figura con un poema, creando una imagen que expresa visualmente lo que dicen las palabras.  
Nosotros hemos recreado imágenes con la poesía andalusí. Una poesía que describe las cosas cotidianas, como las frutas, verduras y hortalizas. De tal manera las observan que las ensalzan con una gran belleza a través de sus palabras. Desde una alcachofa, calabaza, berenjena, manzanas, higos, dátiles sandías, naranjas, limones, flores, jardines etc 
Ibn .S~ra al-Šantar§n§ describe la berenjena:
“Es un fruto redondeado, de agradable gusto, alimentado por agua abundante en todos los jardines. Ceñido por el caparazón de su peciolo, parece un corazón de cordero entre las garras de un buitre”.
O unas naranjas :
“¡Son ascuas en las ramas, que así parecen más lozanas, o mejillas que enseñan las hermosas? Muestra sus frutos el naranjo, como lluvia de lágrimas que la pasión ardiente tiñe de rojo; sólidas gemas que si se licuasen, serían vino, y las manos que lo escancian brazaletes”.




Ibn J~tima de Almería representa en un poema el paso de las estaciones del año
por un jardín:
“Llegó el invierno, embozado en sus nubes;
bienvenido sea el sultán de las estaciones”.


“Es una estación cuyos favores se reparten las demás;
a medida que avanza, sus cualidades embellecen y fertilizan la tierra”.


“Cuando las flores de la primavera se engalanan,
y los árboles se llenan de fragancia,
ves abrirse la rosa como una mejilla roja
y sonreír al azahar, como boca de blanquísimos dientes”.
“Tras la primavera viene el verano, como quien duerme la siesta;
su mayor virtud es la hermosura y la fertilidad”.
“En pos de él, el otoño renueva la belleza y el encanto de la primavera,
recamando con sus hojas las vestiduras del jardín con bordados de colores
variados y semejantes”.


La poesía con la descripción de jardines adquiere un gran desarrollo en Al Andalus (rawdiyyat).


Abã ìa‘far ibn Sa‘§d:
“En el jardín hay imágenes tuyas; por su causa se conmueven mis ojos y mi corazón apasionado.
La rama es tu talle; las flores, la túnica;
 la rosa es tu mejilla y las margaritas, tu boca”.


“La margarita de tu boca se queja de injusticia,

si la maltratas con el mondadientes;
la hermosa flor no sufre que la toquen
los tallos del ar~k o de la balsamina (baš~ma)”
“El jardín es como una bella, vestida con la túnica de sus flores y adornada con el collar de perlas del rocío, o bien como un garzón, que enrojece con el rubor de las rosas y se envalentona con el bozo del mirto”


 “Disfruta del aroma del narciso del Naíd,

y lo que hay detrás del atardecer del narciso (‘ar~r)”

“Se mostró la mejilla del amado, y al sonrojarse avergonzada,
nos enseñó una rosa con la que se elevó su belleza”


Tomado de Jardines y fuentes en al-Andalus    a través de la poesía
Celia del MORAL BIBLID [0544-408X]. 


El Jardín andalusí



En él existían plantas aromáticas, árboles frutales, hortalizas. Supieron aclimatar todas las nuevas especies que introdujeron en la península. Las aromáticas las colocaban cerca de la alberca y algo más alejadas los macizos de flores y los árboles de hoja perenne. Viñas e higueras marcaban las lindes. Los paseos se cubrían  de parras. Palmeras datileras, granados, melocotoneros, limoneros, cerezos, membrilleros, naranjos.  Higueras, olivos, vides, manzanos ya existían en la península ibérica. Melones, sandías, habas, espinacas, alcachofas, zanahorias, lechugas cultivados gracias a la abundancia de agua suministrada por las acequias.


Mediante una extensa red de acequias distribuyeron el agua.