Acequias




Los musulmanes conducían el agua mediante sofisticados
sistemas de acequias hasta los bancales. Pueden recorrer
kilómetros e incluso existen pasos subterráneos atravesando
cerros. En muchos pueblos le red de acequias heredada de ellos ha desaparecido, pero en otros se conserva bastante bien.


En verano va muy poca agua y hay que 
regar en tanda, por turnos. Gracias a este sistema se han cultivado los campos, que quizás sin ello se habría convertido en un desierto.
Tras la expulsión de los moriscos los cristianos descuidaron el regadío y a partir del siglo XVIII se volvió a recuperar, dependiendo de las zonas.